LA USO EN LA MANIFESTACIÓN DE MESA DE LA MUJER CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Como cada primer jueves de mes, la Mesa de la Mujer y los sindicatos de La Rioja se han manifestado en la plaza del Ayuntamiento para mostrar su rechazo a la violencia de género y el maltrato contra la mujer, con el recuerdo hacia las mujeres fallecidas en el último mes.
Representando a la Unión Sindical Obrera (USO) ha asistido una amplia delegación encabezada por el secretario general, Javier Martínez, quien ha leído un manifiesto basado en el ‘mobbing’, como «otra forma de violencia de género»:

El acoso en el entorno laboral o MOBBING: otra forma de violencia de género.

USOMESADELAMUJEREl incremento de la violencia en los centros de trabajo parece ser una realidad cotidiana, pero obviada. A menudo ni se entiende, otras veces no se aborda por «molesta», optando por la solución fácil de apartar a las personas que resultan conflictivas en el ambiente de trabajo; precisamente aquéllas que reclaman su derecho a no ser violentadas y ponen en evidencia el conflicto existente en la organización empresarial.
Asimismo, los resultados de una encuesta publicada por la OIT. Demuestran que las mujeres están más afectadas que los hombres, y los sectores donde más se da este fenómeno son los más feminizados, como hostelería y función pública, datos en los que coinciden las denuncias presentadas ante la Inspección de Trabajo de nuestro país.

Por ello, podemos afirmar que el Mobbing es también otra forma de violencia de género.

En la sociedad en general y en el mercado laboral en particular, como consecuencia de la cultura patriarcal todavía imperante, existen diferentes relaciones de poder entre hombres y mujeres, relaciones asimétricas contrarias al principio de igualdad, que subordinan a las mujeres al poder «natural» de los hombres. Esta es la principal razón de que las mujeres sean más vulnerables a la violencia que padecen en todos los ámbitos en que desarrollan su vida cotidiana, y específicamente en el mundo laboral.
El fin de la violencia de género sólo será posible con un cambio profundo en las reglas de convivencia que ponga fin a las relaciones de dominación, y que origine unas nuevas reglas basadas en la igualdad real entre hombres y mujeres.
La igualdad es un valor fundamental en un Estado democrático, social y de derecho, por ello la violencia de género no es un problema individual y privado, sino una cuestión de Estado.