USO EN CONTRA DE LOS RETROCESOS QUE CONTEMPLAN LAS NUEVAS LEGISLACIONES EN MATERIA DE EXTRANJERÍA
Este año, la conmemoración del Día Internacional del Migrante establecido por las Naciones Unidas en 1990, se hace tras más de un año de vigencia de la nueva Ley de Extranjería (L.O 2/2009) y el incumplimiento de su desarrollo reglamentario. La contradicción es clara: mientras se conmemora un día que representa a más de 150 millones de personas, los derechos y libertades de este colectivo se ven cada vez más limitados y nubarrones de mayores quebrantos, como una Directiva de momento rechazada por el Parlamento Europeo anuncian que el discurso anti migratorio ha ganado excesivos adeptos.
Afortunadamente, el Parlamento Europeo rechazó aprobar una directiva que recortaría los derechos de inmigrantes documentados con abusos tales como: impedir el cobro de sus pensiones en su países de origen diciendo que no están sujetos a los convenios nacionales de los países de acogida si son temporeros o trasladados, sino a los convenios pactados en su origen, normalmente muy inferiores; quitándoles el derecho a la formación continua, a las prestaciones familiares y a la vivienda, etc.
En definitiva, se ha amenazado con construir una Europa basada en los derechos según el nacimiento de las personas y no por el papel que desarrollan éstas en el seno de la sociedad. Como sindicato, la USO entiende que no se pueden permitir leyes y directivas dirigidas a fragmentar a los trabajadores y que el lugar de nacimiento no pude ser un motivo que condicione derechos como el salario, la formación, la vivienda, la salud y las pensiones.
El nuevo contexto económico y laboral ha originado un giro en las políticas y discursos migratorios. Las personas extranjeras son valoradas únicamente desde una perspectiva utilitarista, es decir, como mano de obra que en un momento fue necesaria para la economía española pero que ya no lo es; los programas de expulsión y repatriación o las limitaciones a la reagrupación familiar constituyen entonces los principales ejes de las políticas de migración.
Los discursos xenófobos y racistas parecen estar al orden del día tanto en los programas de muchos partidos como en las estrategias de intervención de la administración, así como los perfiles étnicos de las actuaciones de las fuerzas del orden. Pero es importante resaltar que la problemática no viene dada únicamente por la situación de origen de los colectivos que llegan a territorio español; se trata de una cuestión económica, de clase. Los y las inmigrantes con situación económica favorable son bien recibidos en España y en absoluto cuestionados por la población nacional. Es bien sabido que la perspectiva y concepción de un alemán que emigra a España con idea de establecerse en Mallorca nada tiene que ver con la generalizada idea de una mujer marroquí que decide residir en la región.
La Unión Sindical Obrera se posiciona así, en su histórica trayectoria en la defensa de los trabajadores, por los derechos de los y las más vulnerables, en contra de los retrocesos que las nuevas legislaciones contemplan y que obstaculizan una situación ya de por sí complicada para los migrantes que deciden abandonar su país. Concretamente, algunas de las determinaciones políticas a las que USO ha decidido dar soporte pasan por una integración más completa, en el propio sindicato, en la sociedad, en el horizonte de una plena ciudadanía, desde el apoyo a que España ratifique la Convención internacional sobre la protección de los Derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, a la campaña Aquí vivo, Aquí voto; por el cierre de los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIES), o desacuerdo con las prácticas policiales que implican la identificación de personas extranjeras, en razón de rasgos étnicos, en lugares públicos.