LA LUCHA CONTRA LA POBREZA AMENAZADA SERIAMENTE

La Coordinadora de ONG de Desarrollo de La Rioja (CONGDCAR), de la que SOTERMUN-USO RIOJA es miembro, iniciará una campaña de reuniones y concienciación frente a la crisis y las medidas de recortes que se están tomando en el plano estatal y en otras comunidades y entes locales en temas de ayuda al desarrollo.

La actual crisis financiera y económica por la que atraviesa nuestro país está provocando una serie de medidas dirigidas a reducir el déficit, que atentan contra el cumplimiento de los OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO, un compromiso internacional firmado por 190 países para acabar con la pobreza en el mundo.

La preocupación del sector está apoyada en los recortes que han salido a la luz en la cooperación descentralizada (gobiernos autonómicos, diputaciones provinciales y ayuntamientos), apenas dos semanas después de que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero anunciara el recorte de 800 millones en la Ayuda Oficial al Desarrollo para los próximos años.

La Coordinadora de ONGD de La Rioja recuerda que las administraciones tienen compromisos con la ciudadanía que han de respetar y que para eso han firmado los Pactos Riojano y Local contra la Pobreza. Como sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales tienen que velar para que los compromisos políticos adquiridos con las personas más desfavorecidas no queden en papel mojado y ser la voz de los sin voz: de esos más de mil millones de personas cuyo derecho humano a la alimentación no es respetado.

Para enviar un claro mensaje a toda la sociedad las ONGD de La Rioja, representadas a través de su Coordinadora regional, se han propuesto iniciar una serie de reuniones con los diferentes responsables políticos para insistir en que, a pesar de la difícil situación, no tomen medidas que vayan en contra del desarrollo humano, en definitiva, de las personas más débiles de los países más pobres – que en un 70% son mujeres y niños.

Es una campaña que va en todas las direcciones, porque también se trata de consolidar el apoyo que la ciudadanía ha dado al trabajo de las ONGD, tanto en tiempos de bonanza económica como ahora, porque luchar contra la pobreza no es un lujo ni una limosna para cuando las arcas están llenas… es un imperativo ético y moral que responde a criterios de justicia y solidaridad con los más débiles y de cumplimiento de los derechos humanos.