SI TE QUEMA… DATE AIRE

Frente a la ausencia de respuesta por parte de la consejería de educación a las quejas de los docentes, el alumnado y las familias por la falta de propuestas organizativas para hacer frente a la ola de calor que estamos viviendo, FEUSO reparte al profesorado un abanico como consuelo por los factores de estrés térmico y laboral que vivimos en el final de curso.

FEUSO denuncia que, junto a temperaturas superiores a los 27 grados centígrados que, como recoge el Real Decreto 486/1997 por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, y es el tope que permite la ley; los docentes de La Rioja viven el final de curso cerca del burnout o “síndrome del trabajador quemado”.

Es cierto que el gobierno de La Rioja no tiene la culpa ni del frío, ni del calor ambiental, y que la medida estrella de la administración ha sido la política de ventanas abiertas y la supresión de las jornadas especiales de septiembre y junio, pero consideramos que ahora mismo se debería adelantar la salida de clases para evitar riesgos mayores.

El curso 2021/2022 se ha caracterizado por la publicación de órdenes o instrucciones que no necesitábamos, como han sido los cambios de normativa una vez que empezó el curso; y la falta de diligencia a la hora de publicar la normativa que sí necesitamos para septiembre: seguimos a la espera de los decretos autonómicos que van desde Educación Infantil a Bachillerato y, por lo tanto, de la normativa posterior. Esto también es como para estar quemado.

Esta falta de previsión y de respuesta por parte de la administración nos lleva a vivir con continuas improvisaciones en las que, con frecuencia, parece que el ejecutivo está más pendiente de los titulares, las cámaras y los micrófonos que de las necesidades reales de la Comunidad Educativa; y esto quema.

El profesorado está obligado, por ley, a no superar su jornada laboral: pero, cómo no ser responsable y hacer un esfuerzo extra para elaborar informes, asistir a reuniones, atender a familias… En esta tormenta caótica el profesorado intenta salvarse de esa espada de Damocles que es el estrés por responder con dignidad al alumnado y a sus familias, llegar a tiempo en la entrega de documentos y poder estar en todos los lugares en los que se le requiere y esto, claro que quema.

Sabemos que en la Consejería de Educación son conscientes de que vivimos un cambio legislativo que afectará, sobre todo, a la evaluación; pero dudamos de que se hayan dado cuenta de que esto, para que salga bien, necesita cambios en los presupuestos, en las condiciones laborales… y que estos cambios son un derecho de todos. Estos agravios comparativos, también queman.